Echaron al funcionario a cargo del área Juventudes en medio de los reclamos al Programa Empezar
Como siempre, el hilo se corta por lo más delgado. La decisión fue comunicada hoy por el Gobierno a través de los medios oficiales, luego que un grupo de jóvenes denunciara que llevan tres meses trabajando sin cobrar un solo peso.
La salida del responsable del Programa Juventudes, Gabriel Sindoni se da en medio de los cuestionamientos. Fue a través de los medios oficiales que se comunicó hoy que el gobernador Alberto Rodríguez Saá le había aceptado la renuncia. El organismo depende de la Jefatura de Gabinete, que Miguel Berardo tiene a su cargo.
La primera reacción del Gobierno frente a la cantidad quejas fue desplazar al funcionario de segunda línea que actuó como fusible del problema que tiene una cadena de responsables dentro de la estructura del gabinete.
Son muchos los jóvenes que la semana pasada decidieron hacer público el problema. Acusaron que están trabajando desde el 15 de noviembre pero todavía no cobran los $9 mil mensuales que les había prometido Rodríguez Saá en los anuncios de campaña para ganar las elecciones.
El 26 de diciembre el Programa Empezar comunicó que iba a “pausar” la firma de los contratos “hasta nuevo aviso”, y eso sumó incertidumbre a los que seguían adelante con su labor, esperando que les llegara la remuneración. Fue el primer síntoma de que algo no estaba funcionando bien, y se sintieron defraudados.
Algunos beneficiarios hicieron sus reclamos por teléfono a las oficinas de Terrazas de Portezuelo. Uno de los chicos consiguió que le digan que les pagarían en enero, primero el 10 y después el 15. Pero eso no pasó. “Nos mintieron en la cara. Nos prometieron una fuente de trabajo y nos tienen a las vueltas”, cuestionó uno de ellos.
Empezar había sido lanzado en septiembre, y estaba dirigido a jóvenes de entre 16 y 24 años con el objetivo de generar “puestos de trabajo en toda la provincia”. Era una posibilidad para que los chicos puedan realizar “un proceso de capacitación en espacios laborales”, que les permita luego alcanzar un empleo formal. Los capacitadores son los dueños de comercios o emprendimientos dispuestos a sumar personal.
“No es una capacitación, se labura y nos están pagando $20 la hora, es una burla y una vergüenza”, dijo una de las fuentes que habló con El Chorrillero.
Se supo que algunos en medio de la espera abandonaron porque encontraron otro trabajo donde sí les pagan.
Hasta el 8 de diciembre se habían firmado 1870 convenios en toda la provincia.